¿juegas?

Sí... hacer una maleta es como jugar al tetrix: ¡¡¡es una dura tarea hacer que todo encaje!!!
Aunque, por otra parte, es muy entretenido pensar en lo que vas a necesitar en el sitio al que vas y qué ropa te va a apetecer ponerte (o el tiempo te va a obligar a ponerte). Crees que va a dar tanto de sí el viaje que te va a dar tiempo hasta a aburrirte. Por eso no hay que olvidar meter una baraja de cartas, un libro (o dos), una revista, el mp3 con tus 114 álbumes (¿qué haría si se me acabara la música interesante? morir, seguramente), tres camisetas por día (no vaya a ser que me quede sin ropa limpia y tenga que ponerme a hacer la colada), , el set de maquillaje (nunca se sabe cuando te van a invitar a una fiesta), un cuaderno y un boli (si no lo llevo seguro que lo necesitaré en algún momento) y un largo etcétera. Con tanto jaleo es normal que se te olviden cosas tan esenciales como el pijama, el cepillo de dientes o el pasaporte. Todo el mundo sabe que es una ardua tarea.

Eso sí, la vuelta ya no tiene tanta gracia: ya no hay que pensar en qué meter y qué no, pero siempre está la desgracia de que tus vacaciones ya se han terminado. Y no digamos cuando toca deshacerla en casa... Uf, entonces sí que es deprimente ver lo rápido que se ha pasado todo. ¡Si hasta ha habido pantalones que no te ha dado tiempo a ponerte! Llegan exactamente igual que los metiste, quizás un poco más arrugados. Aún así, por increíble que parezca, el montón de ropa que hay que meter a la lavadora es realmente desconsolador.

En ese momento piensas que definitivamente es más divertido jugar al tetrix.