domingo, 21 de agosto de 2011

William Morris, padre del Arts & Crafts

William Morris (1834-1896) fue un artista inglés considerado el fundador del movimiento Art & Crafts o Artes y Oficios.


Fruto de la Revolución Industrial, en la Inglaterra de William Morris, el trabajo artesanal e individualizado había sido sustituido por la producción en cadena, que trajo consigo el embrutecimiento de la clase trabajadora.

Morris, sin embargo, se preocupó por recuperar la artesanía medieval y potenciar la creatividad y el arte, así como por poner al ser humano por encima de la máquina y la tecnología industrial en una época en la que la producción en masa ganaba terreno; además, consideraba que los artesanos debían ser elevados al rango de artistas.

Este polifacético artista, estudió arquitectura, arte y religión en el Exeter College, donde se unió a un grupo de intelectuales denominado el "Pembroke set", junto a cuyos miembros se dedicó a leer textos teológicos y poesía medieval, y a viajar en vacaciones por Inglaterra y el resto de Europa visitando iglesias y catedrales. En la universidad conoció al que sería su gran amigo y colaborador, el pintor Burne-Jones, miembro de la Hermandad Prerrafaelita.

Esta Hermandad de artistas también volvía la vista a la época medieval, por lo que a menudo pintaban escenas de leyendas arcaicas, y su minucioso detallismo tomaba influencias de los pintores flamencos predecesores de Rafael. 

Obra del prerrafaelita Burne-Jones

Junto con varios artistas prerrafaelistas como Rossetti o Burne-Jones, Morris fundó la compañía Morris & Co en 1861, una empresa que producía obras de artesanía, las cuales pretendían estar al alcance de todas las clases sociales, incluidas las menos pudientes (no en vano Morris fue uno de los impulsores del movimiento socialista). De entre la producción de la fábrica destacan sus floridos tapices y sus coloridas vidrieras, a menudo destinadas a la decoración de iglesias.

Tapiz producido por Morris & Co.

Pero esta empresa no fue lo único a lo que William dedicó sus esfuerzos: durante unos años, su atención se centró en la construcción y decoración de una casa para su esposa, Jane Burden.

Jane Burden retratada como reina Ginebra en "La belle Iseult"

Jane Burden era una muchacha de origen humilde y sin estudios. Sin embargo, su piel pálida y su pelo cobrizo cautivaron a William Morris al instante, pues tanto él como sus amigos la consideraban la máxima expresión de la belleza femenina. Tanto fue así que Morris se decidió a retratarla, como vemos en su obra "La Belle Iseult". También el pintor Rossetti la escogió como modelo para algunas de sus obras, lo que desembocó en un affair entre ambos. 
¿Se inspiraría Rossetti en Jane para pintar "La Ghirlandata"?

Tras el matrimonio de William y Jane, éste le entregó a su esposa como regalo de bodas la casa que había estado diseñando junto al arquitecto Philip Webb y decorando hasta el último detalle con sus amigos pintores: la Red House. Esta casa de ladrillo rojo tenía su emplazamiento en Kent y estaba rodeada por un hermoso jardín dividido en distintas áreas como si también constara de habitaciones. 

La Red House diseñada por Webb

Como buen artista polifacético, Morris también hizo sus intentos en el mundo de las letras. En los últimos años de su vida, escribió una serie de novelas fantásticas que marcaron la historia de la literatura por ser las primeras en enmarcarse en un mundo fantástico completamente inventado. Su obra "The Well at the World's end" (El pozo del fin del mundo) sirvió de inspiración nada menos que a Tolkien y a C. S. Lewis. Como anécdota, cabe mencionar que el nombre de Gandalf fue tomado de un personaje de la novela de Morris.

Su oposición a la producción en masa propia del momento también le llevó a fundar la imprenta Kelmscott Press, con la cual trató de recuperar la técnica de impresión y el estilo tipográfico propios del siglo XV. De este modo también expresó su rechazo hacia la producción en masa de libros. De entre los clásicos que reimprimió, destaca sin lugar a dudas la edición de los Cuentos de Canterbury de Chaucer, ilustrada por Burne-Jones y decorada con floridos márgenes e iniciales semejantes a los de los volúmenes de la Edad Media. 
Página de los Cuentos de Canterbury ilustrada por Burne-Jones

Morris era también un hombre concienciado con la protección de la naturaleza frente a la contaminación y la industrialización. Además, fue fundador en 1877 de la Sociedad inglesa para la Protección de Edificios Antiguos. 

viernes, 19 de agosto de 2011

Before sunrise

Si tengo que pensar en el guión de una película, al instante pienso en el de ésta. Me gustó tanto que, cuando terminé de verla, lo busqué en internet para leerlo con detalle (también fue debido a la sensación de que me había dejado palabras por pillar; cosas de verla en lengua original sin subtítulos...).

Si hay una frase que destacar, me quedo con ésta, porque me emocionó tanto que se me quedó grabada:

You know, I believe if there's any kind of God, it wouldn't be in any of us. Not you, or me...but just this little space in between. If there's any kind of magic in this world, it must be in the attempt of understanding someone, sharing something. (Sigh.) I know, it‘s almost impossible to succeed, but...who cares, really? The answer must be in the attempt.



Y aquí, la traducción, por si las moscas:

Si de verdad existe alguna clase de Dios, creo que no se encuentra en ninguno de nosotros. Ni en ti, ni en mí, sino en este pequeño hueco que nos separa. Si existe alguna clase de magia en este mundo, debe de estar en el intento de comprender a alguien compartiendo algo. Uhmm, lo sé, es casi imposible lograrlo, pero... ¿qué importa eso? La respuesta debe estar en ese intento.

martes, 16 de agosto de 2011

Noel Gallagher's High Flying Birds

La gente no deja de cambiar. Tú misma te das cuenta de que llega un momento en el que tienes que madurar, seguir hacia adelante, dar pasos más largos que reporten grandes cambios. Pero no puedo evitarlo, a veces me da cague pensar que un día voy a mirar para atrás y me va a costar reconocerme. O que la gente de toda la vida me pregunte con violencia que quién soy yo y qué he hecho conmigo misma. Por eso mismo me tranquiliza descubrir que algunas cosas de las que sigo haciendo hoy ya me gustaban desde hace años.

Me sigue gustando sentirme diminuta en la biblioteca entre tanta estantería, ir allí a leer y espiar a la gente por encima de las páginas de un libro, y también pasar tiempo sola en casa organizando mis cosas. Todavía disfruto yendo en bici a buscar algún lugar en el que puedo sentarme tranquilamente a la sombra, y luego tomando algo con la gente de siempre.

Y hoy he descubierto que sigo adorando escuchar la voz de Noel Gallagher. Los discos de Oasis hicieron que algún que otro verano se hiciera un poco menos insoportable, y hoy esta canción me ha servido para lo mismo en lo que llevamos de día. Gracias por volver, tío, se te echaba en falta. Esta es la muerte de ti y de mí:




miércoles, 3 de agosto de 2011

Reckoner

Radiohead... Te dicen que son fuera de lo común, que muy poca gente les encuentra el punto, que a partir del Kid A no hay quien entienda nada, que las letras de Thom Yorke son endiabladamente enrevesadas y no sirve de nada tratar de comprenderlas.
Te dicen que es la mejor banda del planeta. Te dicen que escuches el OK Computer, el The Bends, Creep,...
Y vas y les haces caso.
Tu cara es de "¿Qué narices?" al escuchar Fitter Happier, al ver las muecas de Thom Yorke y al oír sus falsetes. Piensas "Al menos lo intenté...".
Entonces un día te das cuenta de lo jodidamente buena que es Street Spirit. Y lo mismo Let Down, High & Dry, Fake Plastic Trees, Airbag, Everything In Its Right Place, 2+2=5, Bodysnatchers... Y dices, "Sí, tenían razón".
El caso es que yo aún sigo sin poder explicar por qué me ponen los pelos de punta...


Dejo esta canción porque es mi obsesión más reciente. Dios, esa batería, el punteo suave de guitarra, las notas de piano como esparcidas al azar, la letra incomprensible (¿y a quién le importa?), esos violoncelos o lo que sean (perdonen mi ignorancia) al final de la canción... ¡No puedo dejarla!