domingo, 27 de marzo de 2011

...but I love you

Quería escribir y no sabía qué... Estaba muy satisfecha con su vida, quizá estaba pasando por el momento más feliz de su corta historia, pero aun así le apetecía quejarse. Y todo por culpa de esa estúpida canción nueva compuesta por esa ridícula chica ñoña con voz pituda. Por su culpa, se le echó encima una avalancha de recuerdos de un verano adolescente, en el que todo daba igual porque eran adolescentes y solo contaba el momento. Ni que ahora fueran adultos responsables... Pero en cierto modo, empezaban a serlo. Y ahora se pensaban mucho más las cosas. Y le daba miedo perder, le daba miedo sufrir; le daba miedo olvidar y quizás ser olvidada; le daba miedo no sentir, y también sentir de más; le daba miedo confiar y pecar de desconfiada. ¿Se lo decía o no? ¿Le confiaba sus temores? ¿O los enterraba y fingía ser una adolescente otra vez? ... Maldita canción, todo era culpa suya. Otra vez a recordar aquel autobús con Russian Red de fondo, aquel sol, aquel mar y aquella mirada. ¡Quería volver a ser despreocupadamente feliz!



Lo siento, Lourdes, no quería llamarte ridícula, ni ñoña, fue cosa de la emoción del momento... 

No hay comentarios: