Recuerdos de mi infancia...
Con estos versos me adentré en el mundo de la poesía, allá cuando tenía ocho añitos.
Qué altos
los balcones de mi casa!
Pero no se ve la mar.
¡Qué bajos!
Sube, sube, balcón mío,
trepa el aire, sin parar:
sé terraza de la mar,
sé torreón de navío.
-¿De quién será la bandera
de esa torre de vigía?
-¡Marineros, es la mía!
Ay, Alberti, en ocasiones yo también me siento como tú, como un marinero en tierra, estirando el cuello por la ventana intentando inútilmente vislumbrar algún destello azulado... Sube, sube, balcón mío...
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