domingo, 28 de septiembre de 2014

La montaña rusa

Dicen que los mejores años de tu vida son los de la universidad.

¡¡Por dios!! ¿A quién se le ocurrió semejante barbarie? ¿Quién fue tan cruel de situar tus mejores años cuando apenas has vivido un 20% de tu vida? Que todo el mundo sabe que las comparaciones son odiosas...

Pues nada, aquí estamos, post-universitaria y post-estoy-viviendo-los-mejores-años-de-mi-vida. Uno de esos seres anónimos que termina con un título bajo el brazo y que se da cuenta de que la universidad, lejos de aclararme en qué dirección ir ahora, me ha dejado tantas puertas abiertas que ahora me encuentro correteando por el hall, incapaz de decidir por cuál colarme.

Flotando por encima de mí como nubarrones grises hay cifras de jóvenes en paro, testimonios de jóvenes que emigran, ecos de jóvenes que se deprimen porque no encuentran nada que hacer,... Pero yo hago como si nada, me niego a que esas nubes me nublen el día. ¡Qué dices, hombre!, ¿cómo voy a ser yo una parada si aún no he encontrado mi primer empleo? Es sólo que aún no he buscado bien, acabo de salir y todavía no sé ni cómo venderme bien... Verás cuando mi currículum caiga en las manos adecuadas.

Si soy una montaña rusa,
me pido la de Coney Island, que es una mítica...

A ver, no nos vamos a engañar: estoy hecha una montaña rusa. El lunes me levanto desganada porque apenas tengo obligaciones, el martes con ganas de comerme el mundo porque vislumbro un rayito de esperanza (¡he encontrado una empresa a la que enviar mi solicitud!). Aun más: por la mañana me cuesta levantarme de la cama, mientras desayuno le encuentro el sentido a mi vida, a eso del mediodía vuelvo a sumirme en la desesperación al ver mi bandeja de entrada de Gmail y después de comer me vengo arriba porque llega la hora de cumplir con alguna obligación.

Pero yo no quiero que la montaña rusa baje, quiero aferrarme a cosillas que me den alegría de vivir y que no me hagan caer en el pozo de mis miedos. ¿Ejemplos de esas cosas?:

- mis jóvenes alumnos de particulares.
- mis cursos de idiomas.
- mis clases de ballet.

- imágenes de Pinterest que disparan mi imaginación.
- libros (si son de segunda mano, mejor) con los que ir ampliando mi pequeña biblioteca. Las últimas adquisiciones han sido Como agua para chocolate, Mrs. Dalloway y Frankenstein.
- series que me mantienen en vilo, como Broadchurch o True Detective. (Si empiezan a provocarte pesadillas, ¿es señal de que debes dejarlas? Pero qué cagona soy...).

- y un clásico, venga, que va a parecer que estoy sola en este mundo... Mis familiares y amigos (¡sobre todo los que están en la distancia!). Típico-tópico, ¿no? Bueno, es que es la pura verdad...

También me encanta darle la bienvenida a ideas novedosas con las que mantenerme ocupada, cuanto más, mejor. Hoy, por ejemplo, me he levantado con ganas de vomitar aquí mi malestar matutino (algo he mejorado, las náuseas están remitiendo). Y también de escribir un blog de cine. Para recopilar las pelis que veo y eso, y rendirle homenaje a las que más me gusten.

Por acabar con algo relacionado con mi última venada, una peli que tengo ganas de ver: Laggies. Keira Knightley actuando siempre es un placer, y quién sabe, igual eso de juntarse con adolescentes de nuevo me da alguna que otra idea...